«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te reganal un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire»
«Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de tí mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca».
«No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.»